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关于美国一家服饰零售商的一项中国调查揭示了跨国企业对其对中国供应链依赖的担忧,以及它们在中国运营未来的不确定性。
中国商务部表示,正在对 PVH 进行调查,PVH 是 Calvin Klein 和 Tommy Hilfiger 的母公司,被指控“采取歧视性措施”针对新疆的产品。新疆是中国西部边境的一个地区,该地生产全球棉花产量的大约五分之一。
争议点在于,PVH 是否违反了中国法律,决定停止从新疆采购棉花或相关产品。研究显示,新疆地区存在强迫劳动、大规模拘留以及对当地穆斯林群体尤其是维吾尔族的再教育营等指控。
此次调查表明,中国政府不允许外国企业回避新疆。这给一些跨国公司带来了法律困境,因为越来越多国家政府,包括美国和欧盟在内,限制或禁止从新疆进口商品。
PVH 的案件是北京使用四年前启动的新法规《不可信实体名单》的首个案例,用于应对遵守其他国家禁令进口新疆产品的公司。西谚有云:“企业的处境犹如刀尖上的舞蹈”。
对于跨国企业来说,在新疆开展业务不仅面临关系公关的挑战,且在中国内外都存在风险。
例如,2021 年,H&M、耐克等品牌因宣布退出新疆而遭到中国消费者的强烈反对。今年春季,世界各大汽车制造商也因从被美国政府列为涉及强迫劳动的新疆供应商处购买零部件而成为国会调查的焦点对象。
众多国际企业高度依赖中国的供应链。无论是汽车还是太阳能板,全球首大的生产国是中国无疑。有超过九成的中国棉花产自新疆。
“欧洲企业正面临两难选择”,欧洲商会发布的声明中如此说道:“如果退出或停止从新疆运营及采购,他们可能面临政府与消费者双方的强烈反应”。同时,“留在那里,则意味着面临国内市场及其全球其他市场后果”。
西方企业在对中国进行地缘政治考量时已经持有怀疑态度。黑石集团(BlackRock)首席执行官拉里·芬克(Larry Fink)在最近的一次会议上表示,由于中国是俄罗斯的主要经济支持者之一,即正与乌克兰发生战争的国家,全球企业需要重新评估对中国的投资。
对于 PVH 的调查可能成为另一项促使西方企业远离中国的原因。威尔默•黑尔律师事务所(WilmerHale)负责北京办公室业务的合伙人莱斯特·罗斯(Lester Ross)称:“这已成为多国跨国公司严重的、不断增长的关切,并加剧了与中国的脱钩动机”。
在新疆拥有合资企业的国际企业陷入了两难境地,因为改变这些协议需要得到中国政府官方的批准。中国政府通常会迅速回应批评,并表明希望外企留在贫穷的新疆地区进行发展。
巴斯夫(BASF)这家德国化工巨头于 2023 年底开始尝试将其在新疆的两家制造合资企业出售给其中国合作伙伴。上周,巴斯夫宣布销售未能完成,因为仍在“进行谈判并等待相关部门的必要批准”。
同样,大众汽车(Volkswagen)这家公司正在评估是否要终止其新疆小规模合资工厂的未来运营,工厂员工及操作已显著减少。中国外交部回应称,企业应该“利用机会在新疆投资和拓展”。至今,大众尚未宣布任何改变。
对于 PVH 的调查期限为 30 天,如果认定 PVH 违反了中国的法律法规,则可能会面临罚款、限制 PVH 员工的旅行或甚至禁止从中国出口产品的惩罚。商务部表示。
近年来,人权组织和企业责任机构一直迫使零售商避免采购来自新疆的产品。2020 年 7 月,PVH 宣布在未来 12 个月内将停止从新疆购买服装、纺织品和棉花。
针对此事件,PVH 首次声明称其在所有运营地区严格遵守适用于所在国家/地区的法律与规定,并强调这是公司的政策。公司表示无更多评论信息。
商务部没有详细解释为何选择调查 PVH,背景上中美之间长期存在的贸易紧张局势持续发酵。
在美国,一项旨在禁止源自新疆的强迫劳动的人权法案规定所有进口自新疆的商品都必须证明其产品未被强制劳工污染。美国还单独禁止任何可能包含新疆棉花或西红柿的商品进口。这两类产品主要是由国有企业种植的,与侵犯人权的问题有所关联。
欧盟和加拿大企业须遵循一系列国家法规来防止强迫劳动生产的产品的进口。
中国政府已禁止独立调查新疆的工作状况,并采取积极措施针对尽职调查公司的违规行为,使得证明产品的生产方式变得几乎不可能实现。
乌尔都人权利项目执行主任、前维吾尔人权理事会主席努瑞·图尔克(Nury Turkel)称新疆的人权侵犯与强迫劳动现象仍在继续,不论是该省还是中国其他地区均无停止迹象。中国政府已不再公开统计被送入再教育营的人数。
图尔克认为美国应与更多国家合作,禁止新疆产品,并加大对违反禁令企业的制裁力度。
美国商务部未做出回应。白宫对此亦不予置评。
俄勒冈州民主党参议员、参议院财政委员会主席罗恩·怀登(Ron Wyden)称中国正在“试图骚扰并威胁”遵守美国法律的美国企业。
“美国不能让这一虚假调查阻碍我们国家积极应对中国的持续人权侵犯”,他说。
中国政府否认存在大规模侵犯人权的情况,反而认为通过将农村地区居民输送到遥远工厂工作来缓解贫困,这是一项努力而非强制劳动。安全咨询公司香港前警察高级官员史蒂夫·维克斯(Steve Vickers)指出:“跨国企业现在陷入了复杂的困境之中”。
新闻来源:www.nytimes.com
原文地址:Para las empresas en China, salir de Sinkiang plantea un dilema complicado
新闻日期:2024-10-04
原文摘要:
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora] Una investigación realizada por China a un minorista de ropa estadounidense ha aumentado la preocupación de las empresas extranjeras sobre su dependencia de las cadenas de suministro chinas y el futuro de sus operaciones en el país. El Ministerio de Comercio de China dijo la semana pasada que estaba investigando a PVH, la empresa matriz de las marcas Calvin Klein y Tommy Hilfiger, por tomar supuestamente “medidas discriminatorias” contra los productos de Sinkiang, una región del extremo occidental de China que produce una quinta parte del algodón mundial. La cuestión es si PVH infringió la legislación china al dejar de comprar algodón o prendas de Sinkiang, donde los investigadores han citado pruebas de trabajos forzados, detenciones masivas y confinamiento en campos de reeducación entre los grupos étnicos predominantemente musulmanes de la región, en particular los uigures. La investigación ha dejado claro que China no tolerará que las empresas rehúyan Sinkiang. Esto pone a algunas multinacionales en un aprieto legal, ya que un número creciente de gobiernos, entre ellos los de Estados Unidos y la Unión Europea, restringen o prohíben las importaciones procedentes de Sinkiang. El caso es la primera vez que Pekín esgrime una norma que puso en marcha hace cuatro años, conocida como Lista de Entidades No Confiables, contra una empresa por cumplir la prohibición de otro país a los productos procedentes de Sinkiang. “Dado que esta investigación es la primera de este tipo, las empresas de todos los sectores se han visto obligadas a reevaluar lo que significa para ellas”, dijo Sean Stein, presidente de la Cámara de Comercio estadounidense en China. “Muchas están percibiendo un mayor riesgo”, añadió. Para las empresas, la investigación de PVH se suma a los problemas de relaciones públicas que puede acarrear hacer negocios en Sinkiang, dentro y fuera de China. En 2021, H&M, Nike y otras marcas se enfrentaron a una reacción negativa de los consumidores chinos después de que las empresas dijeran que romperían sus lazos con Sinkiang. Esta primavera, varios fabricantes de automóviles de todo el mundo se convirtieron en el centro de una investigación del Congreso por comprar piezas a un proveedor señalado por el gobierno de EE. UU. por participar en programas de trabajos forzados vinculados a la región. Muchas empresas internacionales dependen en gran medida de proveedores chinos. Desde automóviles hasta paneles solares, China es, con diferencia, el mayor fabricante del mundo. Más del 90 por ciento del algodón chino se produce en Sinkiang. “Las empresas europeas se encuentran cada vez más entre la espada y la pared”, dijo en un comunicado la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China. “Si dejan de operar en regiones como Sinkiang, o de abastecerse en ellas, pueden enfrentarse a una dura reacción tanto del gobierno como de los consumidores chinos”, prosiguió la Cámara. “Si se quedan, se arriesgan a consecuencias negativas de su mercado nacional y de otros mercados internacionales”. Las empresas occidentales ya desconfían de China por cuestiones geopolíticas. Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, una de las mayores gestoras de activos del mundo, dijo en una conferencia el martes que las empresas mundiales debían reevaluar sus inversiones en China porque es el mayor apoyo económico de Rusia, que está librando una guerra contra Ucrania. La investigación sobre PVH podría ser otro motivo para que las empresas se alejen de China, según los asesores de empresas internacionales. “Es una preocupación grave y creciente para muchas empresas multinacionales y puede agravar el incentivo para desvincularse”, dijo Lester Ross, socio responsable de la oficina de Pekín del bufete de abogados Wilmer Hale. Las empresas que tienen empresas conjuntas con empresas chinas en Sinkiang están especialmente atascadas. Estos acuerdos son difíciles de cambiar sin la aprobación oficial. El gobierno chino, que suele responder rápidamente a las críticas, ha dejado claro que quiere que las empresas extranjeras permanezcan en Sinkiang, una región pobre que desea desarrollar. BASF, el gigante químico alemán, empezó a intentar vender sus participaciones en sus dos empresas conjuntas de fabricación de Sinkiang a su socio estatal a finales de 2023. La semana pasada, BASF dijo que las ventas no se habían completado y estaban “sujetas a negociaciones y a las aprobaciones necesarias de las autoridades pertinentes”. Volkswagen, el fabricante de automóviles alemán, dijo en febrero que estaba examinando “la dirección futura” de su pequeña empresa conjunta en Sinkiang, donde el personal y la escala de las operaciones ya se habían reducido considerablemente. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino respondió diciendo que las empresas deberían “aprovechar la oportunidad de invertir y desarrollarse en Sinkiang”. VW aún no ha anunciado ningún cambio. PVH recibió un plazo de 30 días para responder a las alegaciones del gobierno. Si se descubre que PVH ha violado las leyes chinas, las sanciones podrían incluir multas y limitaciones a los viajes de los empleados de PVH, o incluso el cese de las exportaciones de la empresa desde China, dijo el ministerio. En los últimos años, grupos de derechos humanos y organizaciones de responsabilidad corporativa han presionado a los minoristas, en particular, para que eviten las compras procedentes de Sinkiang. En julio de 2020, PVH dijo que en un plazo de 12 meses dejaría de comprar prendas, tejidos y algodón procedentes de Sinkiang. La compañía respondió la semana pasada al anuncio del Ministerio de Comercio diciendo: “Como cuestión de política de la empresa, PVH mantiene un estricto cumplimiento de todas las leyes y reglamentos pertinentes en todos los países y regiones en los que operamos”. PVH dijo esta semana que no tenía más comentarios. El Ministerio de Comercio no ha explicado el momento de su decisión de empezar a investigar a PVH, que se produjo en un contexto de persistentes fricciones comerciales entre Estados Unidos y China. En Estados Unidos, la Ley de prevención del trabajo forzado uigur prohíbe todas las importaciones procedentes de Sinkiang a menos que el importador pueda demostrar que los productos no están manchados por el trabajo forzado. Estados Unidos también prohíbe por separado cualquier importación que contenga incluso trazas de algodón o tomates de Sinkiang, dos cultivos realizados principalmente en granjas estatales que los investigadores han relacionado con violaciones de los derechos humanos. Las empresas de la Unión Europea y Canadá deben cumplir una serie de normativas nacionales que prohíben la importación de productos fabricados mediante trabajos forzados. China ha prohibido las investigaciones independientes sobre las condiciones laborales en Sinkiang y ha tomado medidas enérgicas contra las empresas de diligencia debida, lo que hace casi imposible que las empresas demuestren cómo se han producido sus productos. Nury Turkel, abogada y expresidenta del Proyecto de Derechos Humanos de los uigures, dijo que la represión y los trabajos forzados contra las minorías continuaban, tanto en Sinkiang como en el resto de China. China ha dejado de publicar el número de personas enviadas a campos de reeducación. Los detenidos no han sido puestos en libertad, sino trasladados a prisiones, campos o fábricas, dijo. Turkel dijo que Estados Unidos debía colaborar con más países para prohibir los productos de Sinkiang y endurecer las sanciones a las empresas que incumplan las prohibiciones. El Departamento de Comercio de EE. UU. declinó hacer comentarios. La Casa Blanca no respondió a la petición de comentarios. El demócrata Ron Wyden, senador por Oregón y presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, dijo que el gobierno chino estaba “intentando acosar e intimidar” a las empresas estadounidenses que cumplían la legislación de EE. UU. “Estados Unidos no debe permitir que esta falsa investigación impida a nuestro país tomar medidas enérgicas contra las continuas violaciones de los derechos humanos cometidas por China”, dijo. El gobierno chino niega que se hayan producido abusos contra los derechos humanos. El gobierno también presenta los programas para enviar a los residentes rurales de Sinkiang a trabajar en fábricas distantes como un esfuerzo para aliviar la pobreza, no el trabajo forzoso. Steve Vickers, ex alto dirigente de la policía de Hong Kong quien dirige allí una consultora de seguridad corporativa, dijo que las empresas “están ahora atrapadas en medio de lo que es realmente un dilema complicado”.